Anoche soñé un poema

Qué vio en el sol
cuando lo tapó.
Quién te hizo tanto esperar,
yemas de amor,
no salpiques tanto dolor.

Esperá
Tu alma es tan suave
como el terciopelo de mi abrigo.
No te parecés a casi nada
pero sos tan igual a las olas.

Que las risas calman
y el silencio envenena.
Es mentira que perdiste
si ganaste tanta paz.

Y no te tapes los oídos.

Escuchá más allá,
el redescubrimiento asusta
y sé que el frío te calcina.
Mis dedos en el aire
te dibujan.

Todos nos escondemos
de nosotros.
Tus pasos.

Menos es más
(cuando te escuchás)
Te vi escuchar
y pasear.

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